Terremotos
Un terremoto es una liberación repentina de energía
que se ha acumulado lentamente en una región determinada de la corteza o del
manto superior de la tierra. El punto (en realidad una zona de quizás unos
cuantos kilómetros cúbicos) en el que se libera la energía se llama foco, o hipocentro,
y el punto de la superficie de la Tierra que está directamente encima del foco
se conoce como el epicentro. Cuando se produce un terremoto, éste emite
vibraciones, u ondas, que pueden producir destrucciones considerables en las
proximidades del epicentro, dependiendo el alcance de los daños de la magnitud
del seísmo, de su profundidad y de lo que el hombre haya construido en la
región epicentrica. Por ejemplo, si el foco de un terremoto está situado justo
debajo de una ciudad, dañada- o incluso destruida, y que en el proceso la gente
resulte herida o muerta. De todas formas, independientemente de que haya o no
población y edificios, un terremoto puede producir, con muchas probabilidades,
fisuras en el suelo, levantamientos y hundimientos, y provocar desprendimientos
de tierras y avalanchas.
La mayoría de terremotos derivan su poder
destructivo de los movimientos de las placas litosferas de la Tierra. A medidas
que estas interactúan unas con otras a
lo largo de sus bordes, se va creando una tensión hasta que alunas de las rocas
no pueden sopórtala. Entonces, se rompen repentinamente generando una actividad
sísmica. De esta forma, la mayoría de epicentros de los terremotos del mundo
están situados a lo largo de estrechas bandas que coinciden con los bordes de
placa, o sea las crestas de las dorsales oceánicas, las fallas transformantes y
las zonas de subducción. Por otro lado, algunos terremotos, y no siempre los
pequeños, se producen dentro de las placas, lejos de los bordes de las mismas. En Norteamérica, por ejemplo, los
terremotos más perjudiciales de los tiempos históricos se han producido no en
California, por donde pasa la falla de San Andrés, sino en la parte este del
país, en el valle del Mississippi y en el sur de Carolina. Los Geólogos solo
tienen vagas ideas sobre cómo y porque se producen estos seísmos en el interior
de una placa, sospechando que se deben a fallas profundamente enterradas y no
del todo desactivadas, restos de una fase anterior a la tectónica de placas
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